A pesar de la oposición y constante crítica, los videojuegos van logrando su lugar de respeto en el mundo. Así como los tatuajes pasaron de ser una marca marginal a una moda. Así como el hábito de chatear por Internet pasó de ser considerado una enfermedad a convertirse en otro medio aceptado de comunicación, los videojuegos están dejando su posición de blanco fácil para convertirse en una reconocida herramienta de desarrollo (1).
“Hay juegos nocivos ahí afuera, tal como hay libros nocivos. Los adultos que se preocupan por lo que aprenden sus hijos, deben educarse sobre los videojuegos y empezar a pensar en los nuevos medios de aprendizaje en la era digital de competencia global” - David Williamson Shaffer
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